miércoles, septiembre 28

Verano del 42

"Hace años, en Kiev, me contaron por qué los jugadores del Dínamo habían merecido una estatua.
Me contaron una historia de los años de la guerra.
Ucrania ocupada por los nazis. Los alemanes organi­zan un partido de fútbol. La selección nacional de sus fuerzas armadas contra el Dínamo de Kiev, formado por obreros de la fábrica de paños: los superhombres contra los muertos de hambre.
El estadio está repleto. Las tribunas se encogen, silen­ciosas, cuando el ejército vencedor mete el primer gol de la tarde; se encienden cuando el Dínamo empata; esta­llan cuando el primer tiempo termina con los alemanes perdiendo 2 a 1.
El comandante de las tropas de ocupación envía a su asistente a los vestuarios. Los jugadores del Dínamo escu­chan la advertencia:
-Nuestro equipo nunca fue vencido en territorios ocu­pados. Y la amenaza:
-Si ganan, los fusilamos.
Los jugadores vuelven al campo.
A los pocos minutos, tercer gol del Dínamo. El público sigue el juego de pie y en un solo largo grito. Cuarto gol: el estadio se viene abajo.
Súbitamente, antes de hora, el juez da por terminado el partido.
Los fusilaron con los equipos puestos, en lo alto de un barranco."



Eduardo Galeano
"Días y Noches de amor y de Guerra"
1978

lunes, septiembre 26

Aleluya!

Hermanos:
Vean la luz en el verdadero
MINISTERIO PARE DE SUFRIR


viernes, septiembre 23

Dicen de mí

Dicen de mí
Que todo me lo tomo seriamente,

que soy cínica, incapaz de pensar con seriedad.
Infantil me han llamado muchas veces,
también nacida en la tercera edad.
Me han llamado fea,
también muy bonita.
Me han mirado con asco, con indiferencia y con deseo.
Sé que hay muchos que me creen lista,
astuta
o incluso muy inteligente.
También hay quienes me consideran tonta
o, peor aún, medio tonta.
Me han llamado loca y sensata,
dominada por las emociones
y extremadamente fría y racional.
Hay quienes me consideran alegre y ligera.
Otros me ven como un monstruo neurótico,
incapaz de estar en paz.
Algunos me consideran poco menos que una santa.
También hay quienes, sin exagerar,
me han llamado arpía despiadada.
Que tengo poco culo o un culo inmenso,
que mis ojos son los más lindos del mundo
o saltones como los de un guarisapo,
que soy dulce y que soy fría,
que soy un bollo, un marimacho,
o el súmum de la femineidad.
Me han llamado puta, por supuesto,
me preocuparía si no fuese así.
Me han visto como a una perra en celo,
voluptuosa, hambrienta, deseante;
también como a un cubo de hielo,
frígida, incapaz de disfrutar.
Dependiendo de la perspectiva,
soy una niña que no sabe qué es la vida
o una vieja ya sin vuelta atrás.
Amarilla, de derechas, neoliberal
o anarquista, comunista y revolucionaria.
Pragmática e idealista,
ingenua y no.
Parece un milagro que nadie me haya asociado con la Iglesia,
aunque más de alguna vez me han echado en cara "cristianismo".
Alta y baja me han llamado,
gorda y flaca.
Me han dicho que mis dientes son perfectos
y que me urge un tratamiento de ortodoncia.
Cuica, fresa, elegantísima;
rota, naca, una atorrante.
Equilibrada, sensata y saludable;
desquiciada, enferma y drogadicta.
Tierna, dulce, tan sensible;
una maldita bruja
egoísta y desalmada.
Hay quienes me consideran escritora,
poeta, cronista o narradora.
Otros dirán que eso no es más que un disparate,
delirio de mentes iletradas.
Unos me llaman culta,
piensan que he leído tanto.
Otros piensan que mi problema
es que me falta tanto por leer.
Unos dicen que siempre miento,
otros que siempre digo la verdad.
Me lo han dicho,
nada de esto es un invento.
Me han admirado y también me han despreciado.
Me han visto con más o menos compasión.
Conservadora o vanguardista,
buena o mala madre,
floja o sacrificada,
serena o ansiosa,
trágica, cómica o tragicómica,
que es como llamarle a una patética,
aunque también me han llamado patética,
con todas sus letras, tal cual.
Divertida
o capaz de matar de aburrimiento.
Esto último no me lo han dicho
pero me lo han hecho sentir.
Suertuda o desafortunada,
rica o pobre:
me han compadecido y me han envidiado por igual.
Si tengo buen gusto o un gusto horrible
depende, claro está, del gusto de los otros.
Me han dicho que por amar tan intensamente asusto,
y también que soy incapaz de amar.




Poema de Josefa, La Artífice
quien, generosamente,
accedió a que yo, La Aprendiz
me reconociera en sus palabras.

Gracias por eso.

miércoles, septiembre 21

Viajar

"Si yo fuera navegante, capitán o simple infante de inmediato aceptaré, que la tierra siempre lejos, que la niebla imponderable, en mis mapas son la sal"

Viajar. Abrir la cabeza a punta de hachazos afectivos, el corazón como una ventana, los ojos hinchados de asombro bajo los nuevos amaneceres.
Viajar. Reconocerse tan otro en la fauna que de pronto está al revés, pasar de ser observador a observado, cuestionarse la propia naturaleza en un mundo que parece ajeno.
Viajar. Hacer del orbe una casa pequeña, con reja blanca y perrito que ladre cada vez que se toque a la puerta. Y al mismo tiempo, encogerse un poco, volver a escarbar hasta encontrar la raíz extraviada, hallar el centro y atarse a ella como a la piedra fundacional de la propia vida, prenderle velas, cuidar la animita del alma como lámpara votiva hasta que se arribe nuevamente al puerto conocido, al olor familiar, al lugar donde se anda con los ojos cerrados sin vacilar.
Viajar, batir de alas que se vuelve adicción, contradicción, meta e inicio. Huir un poco sin descuido al dejar siempre algo que nos recuerde de donde somos, como un escapismo a medias, un paracaídas arraigado a la tierra y al cielo que no puede decidirse. Razón de exilio, de epopeya íntima, de vagabundaje por las costas que otros no han visto.
Viajar y volver con los bolsillos igual de vacíos, encontrar el hilito de Ariadna que se ató en la esquina más soleada del laberinto y respirar en castellano por primera vez después de mucho tiempo.
Viajar como razón de vida con afanes de arca, de globo aerostático, de cigüeña parisina.
Viajar sin mirar atrás para no convertirse en estatua de sal.
Viajar con la brújula quebrada o con el atlas grabado a fuego en la piel. Corazón de cometa, pluma de halcón, corriente marina, muralla china, espora de la misma flor que nació en el sur del mundo y que se abre en un ventisquero noruego, en la sabana africana o en un solar español.
Viajar por amor, por negocios, por conquistas, por gusto, por pobreza o por riqueza, por pena, por intelecto, por olvido, por destierro, por libertad…
Viajar hasta que la muerte nos separe de todo lo aparentemente abarcable.

viernes, septiembre 16

Cerrado por vacaciones


Se informa que después de cuatro días intensos:

"Debajo de un árbol florido,
con tres litros de chicha espumeante,
sin zapatos,
con el sol en la cara,
y muerta de risa espero
que puedan encontrarme"

FELICES FIESTAS!

cerrado por 18....hasta nuevo aviso

La Administración.

miércoles, septiembre 14

Mujer de Palabra

Mujer de palabra se ha sido, de la escrita, la hablada y la leída. Mujer de palabra que se ha paseado (voluntaria y obligatoriamente) por todas las contradicciones que ello implica, que no son pocas, que no son siempre benévolas, que han sido alagadoras, incomprensibles, irreproducibles. Compendio de lo más diverso, preciosismo del lenguaje a la esquina más vulgar en un solo minuto, vulgar con los choferes de micro, vulgarcilla en los oídos de los amantes, verborrea galopante frente a los torturados amigos, cantante de ducha, confesiones de secretos insondables, palabras a medio decir, palabras a media voz, palabras desubicadas, hirientes, asertivas, complicadas. Palabras que hicieron llorar y reír, palabras que se regalan como un tesoro, devoradora de palabras en cualquier formato y de casi cualquier cosa. Las palabras que más pesan: las que no se dijeron, las que más duelen: las que nunca debieron decirse. Palabras de protesta, de amor, de crítica, de chisme (kilos de ellas), drogadas, borrachas, con hipo, bajo el agua, dulces y zalameras, inventadas, en otras lenguas, con otras lenguas, de colores, vehementes discursos, mentiras, sermones, reto y oración, cantadas, recitadas, gritadas, hechas insulto, milagro o sorpresa con la misma intensidad. De reproche y agradecimiento con la misma entraña, a veces mejor escrita que hablada, a veces mejor verbalizar porque el papel aguanta todo. Infinidad de basura, de cebolla fina, ideas brillantes y peregrinas, venganzas, testamentos, maldiciones, predicción, epitafios y poemas. Recetas de cocina, panfleto incendiario, balbuceo etílico, pésame, pasión de las buenas y de las malas, rimadas, con pulso, pa-la-bras cor-ta-das, hechas adivinanzas, enigmas, llave y milagro. Hechas tesis (uf!), postulado, declaración de principios, hipótesis y conclusión, entrevista, sospecha, suposición, pornografía pura, canción de cuna y conversación coloquial. Aliento y arrimo, espina y puñal, broma y carcajada, silencio y mudez…
Porque también se ha sido mujer de silencio:
Muda con amnesia recitando un poema de Walt Whitman en la escuela, muda estúpida con complejo de bebé en Alemania, muda que no sabía escribir en Francia, muda con ataque de risa en Polonia frente al no saber nada de nada, muda acobardada frente al amor, muda iracunda frente al horror, muda con nudo en la garganta cuando se dijo adiós, muda de felicidad frente a la bienvenida, muda frente al secreto quemante, muda frente a la belleza, muda feliz frente al océano, muda voladora que escucha la música favorita, muda observante en el metro, muda impresionada después de la película, muda afónica después del concierto, muda que puede leer dos días seguidos, muda pensante, muda aburrida de estar muda, muda culpable por no decir nada, muda en la tina, muda y con tos en el cine, muda al teléfono que marcó, muda en el cementerio, muda de miedo y de pena, muda con sueño en la biblioteca, muda durmiendo (creo), muda subyugada por la inteligencia, muda indolente con la estupidez, muda frente al sabio y frente al tonto, muda de no querer hablar con nadie, muda al besar, muda de estar todo el día sola en casa, muda que ve pasar un ejército de ángeles, muda que cuenta ovejas, muda de viaje, muda vacilante, muda pero comunicando con los ojos, muda rompiendo el hielo, muda por la ley del hielo, muda con sonrisa, muda distraída, muda atónita, muda cómplice, muda taimada, muda incómoda con la mudez, muda que disfruta del silencio en compañía, muda por imposición, por convicción y por no saber qué decir, tartamuda, muda porque sí.

Sin embargo se aspira a ser mujer de palabra…y palabra de mujer.

viernes, septiembre 9

y lluvia...

En esa estamos
conciudadanos
y la sopaipilla pasá?
Cuándo?

miércoles, septiembre 7

Joao




¿mmh?

¿Será o no será?

Creo que...

si!

SI!!!!

SOOOOOOOOL!

martes, septiembre 6

Pequeño Milagro

"Fue sin querer, es caprichoso el azar, no te busqué ni me viniste a buscar.
Tanto tiempo esperándote, tanto tiempo esperándote"
Joan Manuel Serrat

Llegó hasta ahí casi sin querer,
usando las mismas coordenadas de cada día,
viajando en la misma órbita rectilínea sin secretos,
siguiendo la calle por la fuerza de la costumbre,
conociendo todos los baches,
sabiendo todos los tiempos,
viendo las mismas vitrinas que proyectaban el mismo sol
de todos los días: el de las seis de la tarde,
el del fin de un día igual a todos los otros.
Se largó un aguacero de aquellos esperando el autobús,
pequeño caos doméstico en mitad de la ciudad,
se trabó el tránsito,
se eternizó el semáforo en rojo,
ardió esa tarde cualquiera sin paraguas.
Hubo entonces una partícula de polvo metida en el orden cotidiano,
se quebró el recorrido del cenit diario,
naufragó la barcaza de lo predecible.
En una fracción de segundo en que miró hacia atrás
(donde no tenía que mirar porque no correspondía a su prolijo calendario de gestos y modos de andar)
cuando volteó detrás de la lluvia,
cuando se devolvió dos pasos,
cuando se deshizo de su camino hecho maqueta,
fue ahí en ese preciso minuto cuando lo vio.
Lo vio y no pudo dejar de verlo.
Lo vio y ya no había lluvia, ni tráfico,
ardía el sol de las seis detrás de su huella desandada.
Y crecieron girasoles donde no había nada
y el puente tejido de alma a alma comenzaba a ser recorrido.

jueves, septiembre 1

De dulce y de agraz

Septieeeeembre, las fieeeestas, la chicha y las empanáaaaas, dan dolor de cabeza y acidez estomacal..Un vaso, agua y YASTA?

Septiembre, mes cargado para la larga y loca geografía, como si de eso se tratase: de que en un mes puedan aglutinarse todos los sentimientos nacionales de una sola vez, dejando el resto del año con un saborcito estéril de carencia sentimental, falto de gracia, ni un brillo. En septiembre estamos invitados a descargar, de una u otra forma, la tristeza, la ira, el desenfreno y la conciencia más absoluta de lo chileno que somos. Vibrando con sentimientos locales, nos remecen nuestros recuerdos criollos, somos de aquí ahora y antes, a tirar pa fuera todo que pa eso es septiembre. Porque septiembre le lleva el volantín chupete con su carga chichánica de fonda trasnochada enmarcado en el más triste de los episodios patrios: aquel donde le cortaron el hilo al volantín, desarmaron a patadas las fondas y la fiesta se achicó a una Cueca sola, triste y monocorde tocada por el más embrutecido de los músicos. En la primera quincena se eleva el volantín de luto, cola de fuego, papel de lágrima viva. En la segunda quincena el aromo florece, se huele el asado de tira colorinche, milagro de primavera sonriente.
Y septiembre nos sobrevive y nosotros sobrevivimos a septiembre.
Cuenta una canción de añoranza que "...más aún es necesario, detonar cada alegría. ¡Nadie asesina la alegría!" porque, sin embargo, se lleva la otra cueca, la vibrante, la ancha, la honda, la absolutamente propia donde quiera que se vaya…y vaya que se echa de menos!
Arremolinada de primavera, cordillerando la fiesta linda, avivando la cueca que da calambre y llevando a los andamios a moteconhuesillar el alma cantora,
agridulzor de septiembre, mes ambidiestro:
Chirimoya Alegre