jueves, octubre 27

El despertar

Todo Chile cuenta....a participar!

Vida de perros

"IV Encuentro Iberoamericano de Cuentería: Todo Chile Cuenta"
27 de octubre al 6 de noviembre
www.mitomanoscuenteros.galeon.com

lunes, octubre 24

Nuevo Asesor.

viernes, octubre 21

El viaje de Pepet

lunes, octubre 17

El sentido del doble sentido







¿Es verdad
que todos los hombres
matan
CON EL MISMO PUÑAL?

martes, octubre 11

Dos caravelas

Hoy han partido dos caravelas en conquista del viejo mundo,
van con el conjuro de Moctezuma en una botellita de Cachantún.
Ya saben que el hombre y el caballo son dos animales diferentes y no uno con cuatro patas y dos brazos.
El caballo ha pedido que por favor se haga esta aclaración.
Van a cambiar cuentas de vidrio por maravillosos relatos de las Indias:
esperamos que los españoles tengan suficiente vidrio en sus arcas.
Saben que los esperan como dioses según el calendario que usan por esas tierras,
así que han tomado sus precauciones para llegar precisamente el 12 de octubre,
día de gloria y de fiesta en la península por razones que se ignoran.
El mito habla de una conquista y una raza,
y todos sabemos que la verdad de la historia está en el mito y no al revés,
eso explicaría su curiosa adoración a íconos paganos,
a exageradas efemérides bélicas,
a héroes y libertadores de dudosa procedencia.
Mitología bastante elemental por lo demás, carente del fundamento mágico más simple.
Los nuestros van a demostrar que la tierra en esta parte del mundo es espiral,
y que, en efecto, los monstruos en nuestras latitudes existen,

pero no con la apariencia que los otros, ingenuamente,
han imaginado.
Ese pobre páramo sabrá de nuestras inigualables riquezas.
Seguramente no sabrán de dónde venimos:
su autoreferente cosmogonía les hace dudar de la existencia de otros seres aparte de ellos.
Este último dato comprueba que están verdaderamente aislados
y, ciertamente, equivocados.

Habrá que ser pacientes.
Nuestras caravelas se enfrentarán a un clima totalmente diferente,
pero confiamos en su buen criterio y su altísima preparación.
Probarán los bocados peninsulares, verán las vestimentas y su uso,
estudiarán de cerca la fauna local que habla una lengua tan parecida a la nuestra
(fruto de nuestra influencia musical y de nuestras pequeñas pero insistentes exploraciones de avanzada que ellos, lúdicamente, califican de "ilegales".)
Comprobarán la hipótesis de que nada de lo que hay allá,
no existe aquí.
Quizás sólo aquello que fueron a buscar:
"la conquista de un nuevo mundo".





Para Daniela y Ramiro,
mis entrañables amigos,

desde el "reverso tenebroso de la fuerza"

sábado, octubre 1

Porteñas I

Caminaban borrachas cruzando la Plaza Sotomayor, muertas de risa, después de dejar el restaurante donde todos los jueves trabajaban hasta las 1 de la mañana. La plata que ganaban por esas horas apenas si les alcanzaba para irse de copas esa misma noche. No les importaba. Más bien, esa era la idea: invertir las propinas en los boliches donde ya eran conocidas y donde siempre la pasaban bien.
Vivían las tres juntas en lo alto del Cerro Alegre, en una casa grande y luminosa hasta donde llegaban encaramándose al cerro a pie, parando de vez en cuando porque las piernas tiritaban y el corazón daba vuelcos. Cuando tenían ganas y dinero, subían por el ascensor, así se aseguraban llegar más rápido hasta el lugar que entregaba la vista más hermosa de Valparaíso.
Esa noche ya era muy tarde, el ascensor estaba cerrado. Entonces no les quedó otra que hacerse el ánimo de subir por la escalera que siempre era una sorpresa por la fauna que a veces era posible encontrar. Iban hablando de cualquier cosa, borrachas con las propinas ganadas y medio dormidas por el cansancio. De pronto una cayó en la cuenta de aquel personaje que esperaba por tomar el bus camino a Viña del Mar. Ella era bastante miope y su estado no le ayudaba mucho para enfocar bien y convencerse de lo que veía. De pronto dijo:
- ¿Ven a ese tipo que está ahí parado esperando la micro? Las otras dos miraron y supieron al instante a lo que se refería.
- ¿Es o no es? Pero coooooomo, no!
- ¡¡Te juro por Dios que es Lenny Kravitz!! Puta que miedo!
- Mierda que estamos borrachas, ¿qué nos dieron en el Casino chico? Ahora andamos viendo gueás..Yo también veo a Lenny Kravitz haciendo parar la 55 camino a Viña…no entiendo ni una gueá…¿qué hace este en Chile? ¿Y tomando micro? ¡Qué rasca!
Las tres se acercaron a dos metros del tipo para estar seguras de que las tres veían lo mismo. Y lo veían, eso era lo peor. No se atrevieron a acercarse más, estaban atónitas y con un signo de interrogación en la cara. Esperaron a que el tipo se subiera a la micro. Vieron cómo pagó su boleto y se sentó hacia el lado de la ventana donde estaban ellas. Lo vieron claramente: lentes oscuros tipo aviador, gran melena afro, muchos pequeños collarines pegados a su cuello color marrón, al igual que su cara y la mano que se afirmaba del asiento delantero. Era él sin duda alguna: ¡Era él!
Subieron la escalera sin sobresaltos y rápidamente, sin detenerse siquiera. No hablaron nada hasta llegar a la casa. Cuando cada una cerraba su respectiva puerta para irse a dormir, juraron que no tomarían más, que jamás visitarían ningún otro antro del puerto, que como podía ser que las tres estuvieran tan locas y se durmieron balbuceando maldiciones y conjuros protectores para sus almas perdidas. No tenían remedio, el puerto las había hechizado y ahora alucinaban colectivamente las mismas cosas, más lejos que eso no se podía llegar.

Dos semanas después se enterarían que en un bar de la esquina de Agua Santa con Alvarez trabajaba de mesero un argentino que había hecho reflotar su alicaída reputación. Se hacían colas para ir a verlo ya que, a las 12 de la noche, corría las mesas del local, apretaba el play e interpretaba la mejor de las perfomances que se recuerden: era el doble de Lenny Kravitz en versión trasandina.



Para Carola y Anne, mis lejanas amigas.