Hay lugares que recordaré toda mi vida...

A mi familia, por ser el refugio más cálido que se pueda desear, por ser irrenunciables al amor, por creer ciegamente en la alegría.
A mis amigos, por hacer de todo momento una fiesta y en "aquellos" momentos un faro salvador.
A mis gatos, por ser tan deliciosamente gatos de pies a cabeza.
A los Beatles, por hacer de esta canción la joya que aún me encandila y me estremece.


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Desde los andamios del año nuevo que se construye,
se arrojan las uvas por todo aquello que perdonamos,
por lo que olvidamos,
por las cobardías, los arrojos, las conquistas cotidianas.
Renovamos promesas con colores de artificio,
nos quitamos los zapatos, nos dejamos querer.
Se desean los amantes, bailan los jubilados,
se lloran los ausentes, se sonroja la señorita,
se envalentona el caballero,
el solo se siente acompañado,
el pobre olvida, el rico trasnocha,
el hijo le promete al padre,
el padre le promete a la esposa,
la esposa le promete a Dios
y Dios vuelve a ser creado nuevamente por el hombre
para que esta vuelta de calendario no nos deje
sin esperanzas azules,
sin gobierno de palomas,
sin viajes al fondo de la risa, al calor de la ternura
al centro de nosotros mismos
que decimos, una vez más ¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!
con la generosidad del humilde,
la inocencia del crío,
la fe del mar en la luna.
Sin nada de eso...¿dónde viviría la alegría?

A estallar entonces de entusiasmos desbordantes,
de compartir ridículos con los amigos,
de ofrecerse transparente aunque duela la desnudez.
Solo así imagino que se deja huella,
solo así imagino que se puede ser feliz.

Un abrazo desde este punto de luz
en la orilla más preciosa del mundo.

¡Feliz Año 2006!